El camino recorrido por las mujeres hasta conquistar el derecho de disputar un Mundial fue contrario a aquel recorrido por los hombres: exactos 61 años separan el estreno del Mundial masculino, en 1930, de la primera edición oficial femenina, en 1991. En 2023, cuando el Mundial de fútbol femenino llega a su novena edición con la expectativa de ser histórica en términos de audiencia e interés, el Museo del Fútbol presenta la exposición temporal Reinas de Copas, para celebrar las conquistas de la modalidad y de sus profesionales a lo largo de los mundiales. 

Con curaduría de Aira Bonfim, Juliana Cabral, Lu Castro y Silvana Goellner, la muestra explora historias hasta hoy poco conocidas por el público, trayendo imágenes que estaban restringidas a colecciones personales y que se exhibirán por primera vez, así como datos que revelan la grandeza de las mujeres que participaron de los Mundiales y sus conquistas individuales y colectivas. 

“Es una exposición importante por reconstruir, por primera vez en Brasil, la historia sobre el mayor evento de la modalidad”.

Aira Bonfim (curadora) 

La exposición Reinas de Copas parte de 1988, cuando se realizó el Torneo Experimental en China, el primer paso para convencer a FIFA a organizar el mundial entre selecciones de mujeres. La competición, sin embargo, no fue televisada, se desarrolló en condiciones de gran precariedad para la Selección Brasileña y hasta el día de hoy es poco conocida. Así, la exposición será una oportunidad para que el público vea jugadas inéditas, además de imágenes de acervos de las propias jugadoras.   

Con el éxito del torneo, La FIFA finalmente comenzó a planificar la primera edición oficial del Mundial, que ocurrió en 1991, también en suelo chino. A partir de ahí, la exposición construye la historia del fútbol femenino a lo largo de los campeonatos mundiales, trayendo relatos de deportistas, historias y curiosidades, destacando cómo fue la participación brasileña en cada edición. El público podrá conocer las trayectorias de las reinas del fútbol femenino de Brasil, que marcaron para siempre la historia de este deporte, como Sissi, Marta, Cristiane y Formiga, entre otras.   

La exposición también destaca la lucha de las jugadoras por la igualdad. El visitante descubrirá que, diferente de los mundiales masculinos, el Mundial femenino siempre fue marcado por reivindicaciones en el campo, ya que las condiciones dadas a las jugadoras siempre fueron muy inferiores a las de los torneos masculinos. Cabe recordar que hasta 2015 la Selección Femenina no contaba siquiera con uniforme propio y jugaba con modelos adaptados del equipo masculino.   

La última sala de las Reinas de Copas promete grandes emociones para los visitantes, que tendrán una experiencia interactiva y además podrán ver de cerca la réplica del trofeo del Mundial de Fútbol Femenino.