La llanura de inundación tiene el potencial de narrar la historia de transformación de la ciudad de São Paulo como pocos objetos de análisis sociológico. El Santa Marina Atlético Clube (S.M.A.C) es un perfecto ejemplo de esto: fundado en 1913 por los trabajadores de Vidraria Santa Marina, el club ubicado en el barrio de Água Branca, en la llanura aluvial del Rio Tietê, recibió en su plantilla a descendientes de inmigrantes italianos y es, por regla general, un desdoblamiento del crecimiento demográfico y fabril en la ciudad. El año pasado, el Centro de Referencia del Fútbol Brasileño (CRFB) indagó en la colección de Santa Marina y descubrió fotografías e historias que vale la pena compartir.
Santa Marina Atlético Clube
La historia del equipo es precedida por la de Companhia Vidraria Santa Maria, instalada en el barrio Água Branca en 1892. Poco más de veinte años después, el 15 de agosto de 1913, los vecinos del pueblo de trabajo de la empresa fundaron el Santa Marina Futebol Clube, y recién en la década de 1970 el club adoptó al Atlético Clube. Según Francisco Ingegnere, Chiquinho, presidente de Santa Marina entre 2012 y 2021, la costumbre de jugar al fútbol ya era común entre los trabajadores desde 1909. El club comenzó con un campo en la Rua Sabaúna y después de cuatro cambios, llegó a la Avenida Santa Marina, donde permanece desde 1949.
El comienzo en los campos se extendió al fútbol sala, modalidad en la que el club fue campeón municipal y tres veces campeón estatal, formando la Selección São Paulo de Fútbol Sala. Sin embargo, entre las conquistas, es por la Copa del Estado de São Paulo que Chiquinho tiene la mayor estima – la de 1932 está en la Sala de Trofeos que el club mantiene en su sede.
Pero los marinenses no vivían sólo del fútbol: el club se destacó en otras modalidades, como el boxeo, el baloncesto, el atletismo y el ciclismo, durando el primer deporte hasta la década de 1960 y los demás, hasta las décadas de 1920-1930.
El amor por S.M.A.C y la (preservación) de la memoria local
Todo comenzó con el patriarca de la familia Ingegnere. Empleado de la empresa, vivía en una de las casas del pueblo de trabajadores con su familia. Los niños siguieron sus pasos: Chiquinho trabajó durante 35 años en la fábrica de vidrio, de donde salió como tornero, y Rose, su hermana, trabajaba en la oficina de la empresa. Y ese no es el único vínculo que comparte la familia. Actualmente, Rose se encarga del cronograma y la gestión financiera del equipo. No se sabe a ciencia cierta quién llegó primero, lo cierto es que el amor por Santa Marina A.C. también permitió la preservación de la memoria de la actividad industrial en el barrio. En el club hay fotografías del pueblo obrero, escuela, salas de empresas, desfiles de fiestas promovidas por Santa Marina y Nacional, entre otras ocasiones.
Relación con el Museo del Fútbol
El primer contacto del Museo del Fútbol con Santa Marina se produjo en 2013, a través del trabajo de mapeo de equipos inundables por parte del Centro de Referencia del Fútbol Brasileño (CRFB). En el mismo año, el club formó parte de la exposición temporal Fútbol de Papel. En 2021, el CRFB volvió a la sede del club para brindar un taller de limpieza, empaque e inventario para su colección física. En tres días, empacamos y registramos alrededor de 294 artículos, entre ellos, trofeos, formas de vidrio de la antigua fábrica, pinturas y fotografías. Este trabajo fue importante porque potencia la preservación de la memoria del barrio y del equipo para que llegue a las generaciones futuras. Esto ocurrió después de que se nos informara de una posible reposesión por parte de la multinacional Saint-Gobain, que incorporó Vidraria Santa Marina en los años 60 y tenía un contrato de préstamo con el club. El reintegro fue suspendido temporalmente por una acción interpuesta por el Ministerio Público. Pero el riesgo de perder el asiento aún existe.
El S.M.A.C. fue incluido en un Proyecto de Ley de la concejala Erika Hilton (PSOL) en el Ayuntamiento de São Paulo con el fin de consolidar su reconocimiento como patrimonio cultural material de la ciudad, además de ser insertado en la Zona Especial de Preservación Cultural (ZEPEC) del Plano Director que establece porciones de territorio destinadas a la conservación, puesta en valor y salvaguardia de los bienes de valor histórico, artístico y arquitectónico.
El club todavía está activo, alberga una escuela de fútbol y fútbol sala para estudiantes de 5 a 16 años, una Sala de Trofeos y una asociación con comerciantes locales para usar el estacionamiento. Las imágenes compartidas a lo largo del texto fueron cedidas por el club para integrar la Colección del Museo del Fútbol.
Ligia Dona
Investigadora – Centro de Referencia del Fútbol Brasileño
